🎐 Veleta #9: Las 10 lecciones para liberar tu magia creativa de Elizabeth Gilbert
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Elizabeth Gilbert 📷 Erik Charlton, from Menlo Park, USA
Siempre he creído que podría dedicarme en la vida a escribir poemas y venderlos por las calles de Montmartre. Al fin y al cabo, me gusta escribir y me encanta Montmartre. Sería un buen plan si obviamos ciertas cosas de mi carácter que se resisten a llevarlo adelante. Por ejemplo, la incertidumbre me mata y también la sensación de impostora o de no considerarme realmente escritora (por no hablar de las cuestiones económicas).
Vivir de forma creativa no es fácil. Es más, según Elizabeth Gilbert (la autora del superventas Come, reza, ama) en su libro Libera tu magia (Big Magic en inglés) vivir de forma creativa es cosa de valientes y, si quieres ser creativo, lo primero que has de hacer es hueco al miedo (porque la incertidumbre, el síndrome del impostor, el tema del dinero o llama como quieras a aquello que te come por dentro,… todo es miedo).
Y, ¿cómo le hace uno hueco al miedo? Entendiendo que todo lo que te produce esa sensación es algo colateral asociado a la creatividad; y aprendiendo a desmontar y relativizar lo que te pasa por la cabeza. Esto es lo que dice Elizabeth Gilbert:
Miedo 1: ¿Tú qué vas a ser escritora, compositora, artista, emprendedora (llámalo X)?
No necesitas el permiso de nadie para llevar una vida creativa. Además, existe una prerrogativa creadora que dice que tienes permiso para estar aquí y que solo por ello estás autorizado a tener una voz y una visión propias.
Miedo 2: No tengo formación suficiente
En realidad, no te hace falta tener mil posgrados ni tropecientos cursos de formación. Si puedes permitírtelo y te apetece, es una opción estupenda, pero también puedes estudiar con los grandes maestros en los libros de las bibliotecas, en las paredes de los museos,… y puedes trabajar sobre ti mismo para sentirte libre y empezar a construir tu punto de vista a través de la creatividad.
Miedo 3: Pero es que nunca tengo oportunidad de hacer nada que me guste
Deja de quejarte y ponte a trabajar. El mundo no tiene la culpa de que decidieras ser artista. Además, con la queja se ahuyenta la inspiración. Es necesario que te comprometas, a pesar de que nunca publiques nada. Hazlo por ti y por tu creatividad. Además, eres libre porque todos los demás están demasiado ocupados consigo mismos para preocuparse por ti.
Miedo 4: ¿Y si a la gente no le gusta lo que hago?
Para crear algo no necesitas la bendición de nadie, ni su simpatía. Lo que los otros piensen de tu obra no tiene nada que ver contigo.
Miedo 5: Nunca voy a poder vivir de esto
No deberías pedirle a un trabajo creativo que te mantenga económicamente. Puedes tener un trabajo de día que se dedique a eso. Pero lo mejor es no cargar a tu creatividad con tus expectativas económicas.
Miedo 6: No soy demasiado bueno
Pues practica. Una de las reglas más sencillas y generosas de la vida es que, si practicas, mejoras, sea lo que sea.
Miedo 7: Jamás saldrá algo decente de aquí
Fuera el perfeccionismo. En algún momento hay que dar por terminado el trabajo y soltarlo tal como está. Más vale terminado que perfecto. ¡Ah! Y ten en cuenta que tu trabajo no es sagrado, es decir, que si tiene que haber cambios, ¡tampoco es el fin del mundo!
Miedo 8: No estoy lo suficientemente atormentado como para ser un buen artista
Esto es lo que se ha creído siempre, que para ser un buen creador, tienes que sufrir, pero nada más lejos de la realidad. El amor ha de estar por encima de todo. Y tu trabajo te tiene que querer como tú le quieres a él.
Miedo 9: ¿Y si fracaso?
Es prácticamente seguro que en algún momento de tu vida fracasarás y lo que tienes que hacer es olvidarte y salir a por tu próximo proyecto. Y si no puedes hacer lo que tú querías, haz otra cosa.
Miedo 10: ¿Y si no sé exactamente hacia dónde voy?
Si no sabes con exactitud cuál es tu pasión y hacia dónde vas, el secreto es la curiosidad. Al fin y al cabo la gran magia, tiene que ver con decir que sí.
“El perfeccionismo impide a las personas terminar su trabajo, sí, pero, lo que es aún peor, a menudo les impide empezarlo”
Bibliografía
Libera tu magia, de Elizabeth Gilbert
Come, reza, ama, de Elizabeth Gilbert
Un abrazo, Patricia
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