🎐 Veleta #5: 20 historias del 20
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📷 Mantén la distancia, uno de los mantras de 2020
A pesar de que entre el 31 de diciembre y el 1 de enero tan solo hay un segundo de diferencia, cada principio de año es inevitable sentir esa sensación de oportunidad que nos prometen los comienzos. “Ingenuos”, pensaría el 1 de enero de 2020.
En España, el 7 de enero, después de casi un año en funciones y dos elecciones generales de por medio, por fin se formaba Gobierno.
El problema más peliagudo en Europa era la salida de Reino Unido de Europa. Cuando todavía pensábamos que lo que pasaba en China estaba lejos, se aprobó el Acuerdo de Retirada, con la alegría de unos y el pesar de otros, sobre todo de los más jóvenes: “De alguna manera nos han privado de libertad, nos han dejado sin voz”, señalaba desesperanzado un joven de 16 años.
Sin embargo, la construcción espectacular de un hospital en lo que se consideraría el epicentro de la pandemia de COVID-19, Wuhan (China), nos hizo poner un poco más de atención en las noticias. ¿Y si la globalización también afectara a la salud? El 2 de febrero se colocaba el último ladrillo de un centro sanitario con una dimensión de casi cuatro campos de fútbol juntos, 1.000 camas y 1.400 empleados.
Con la mosca detrás de la oreja, lo último que celebramos a medias fueron los Carnavales del mes de febrero. A partir de ahí, ni Fallas valencianas, ni Semana Santa, ni Feria de Abril, ni San Jordi, ni San Isidro, ni Juegos Olímpicos,… Con el estado de alarma y el decreto de confinamiento obligatorio en España a mediados de marzo, la tecnología y las redes sociales eran las únicas ventanas al mundo más allá de nuestras cuatro paredes.
Tuvimos que aprender a vivir en cuarentena. Y nos preguntamos en muchas ocasiones qué podríamos aprender de esta situación y si sacaríamos algo positivo de ella.
Algunos se dedicaron también a cocinar de tal manera que comprometieron las reservas de harina y levadura. Eso sí, no faltó prácticamente de nada en los estantes de los supermercados gracias a sus empleados. “Por fin la gente nos reconoce como servicio esencial. El cliente ahora nos da las gracias por estar aquí”, contaba una cajera en este reportaje.
Lo del papel higiénico fue otro drama. De repente, todo el mundo entró en pánico por tener reservas. El profesor de marketing de ESIC, Paco Lorente, diría en este artículo que el fenómeno estaba relacionado con la psicología aplicada al marketing: “Los momentos de estrés hacen que una compra tenga un componente más emocional que racional”.
Los aplausos a las 8 de la tarde (el primer día, el 14 de marzo, fueron a las 10 de la noche), representaron otra manera de mantenernos unidos en la distancia durante mucho tiempo (hasta el 17 de mayo). Y en estas circunstancias emergió la creatividad del ser humano. Y, a los aplausos se sumaron homenajes de otro tipo, como el de Julián, que cada tarde interpretaba una pieza musical en el balcón de su casa en homenaje a los profesionales que estaban al frente de esta situación.
Y es que los hospitales se colapsaron. “Cuando llegué a la sala de Urgencias, eso era tremendo. No sé cuántas personas había ahí, en la sala de espera, 300 o 400, no lo sé”, relata el actor Tristán Ulloa en este reportaje con 19 historias de supervivientes del COVID-19.
En el mes de abril, las estadísticas decían que los sanitarios españoles eran de los más afectados por la enfermedad en todo el mundo. El doctor José Luis Patier, de 61 años, se contagió mientras trabajaba y lo contó así a la Revista 5W: “Fue un sábado que hice una guardia voluntaria de 24 horas. Me infecté trabajando. Me comunicaron que tenía COVID, una neumonía bilateral, y que la única forma de salvarme era dormirme y proceder a la ventilación de mis pulmones con una máquina”. Por suerte, despertó seis días después.
Entre tantas malas noticias aparecían algunos rayos de esperanza como la biblioteca de campaña Resistiré del Hospital IFEMA COVID-19 que, gracias a la solidaridad de mucha gente y liderada por la enfermera Ana María Ruiz López, consiguió reunir 3.000 ejemplares para distribuir entre los pacientes de este improvisado centro sanitario.
El confinamiento también dio un respiro a nuestro tan maltratado planeta y produjo un impacto colateral positivo.
Y también empezamos a viajar online y a conocer el mundo a través de las pantallas.
Las teorías del origen del virus fueron muchas y aún hoy sigue siendo un misterio.
Las mascarillas también han sido foco de controversia durante este tiempo. Parece ser que cumplen su cometido, aunque nos siguen advirtiendo de que su solo uso no exime del contagio. De hecho, a pesar de que nos fastidian las orejas, se nos empañan las gafas y nos hacen roce en la nariz, es mejor llevarla que morirse, como dijo esta pequeña, y es probable que nos acompañe durante mucho tiempo.
2020 también ha estado marcado por las tensiones raciales en Estados Unidos, que se avivaron más si cabe con la muerte del afroamericano George Floyd.
En agosto, también nos quedamos impresionados con la explosión en el puerto de Beirut, que vimos desde diversos ángulos en estas ocho secuencias de vida cotidiana.
Y más y más malas noticias: la pesadilla de los campos de refugiados de Moria en Grecia, los incendios de California y Brasil, la controvertida salida del Rey Emérito Juan Carlos I, un durísimo proceso electoral y poselectoral en EEUU,…
Pero, ¿ha sido 2020 un año realmente tan malo del que no se puede salvar nada? Aquí tienes 42 noticias positivas de 2020.
La primera de ellas es, por supuesto, la vacuna que, a pesar de la incertidumbre inicial, nueve meses después ya se está administrando. Araceli Hidalgo, una mujer de 96 años residente de un hogar de ancianos en Guadalajara, fue la primera persona en España en recibirla. “A ver si podemos conseguir que el virus este se nos vaya”, dijo después de vacunarse.
Lo que nos depare el año que viene está por escribir. Como leí hace unos días en un comentario de una red social, ¡qué alguien nos enseñe el tráiler de 2021! Pero quiero creer que 2020 nos ha enseñado muchas cosas y que borrarlas de un plumazo como muchos querrían supondría olvidar aprendizajes que seguro nos vendrán bien.
Feliz 2021. Un abrazo, Patricia
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